viernes, 11 de noviembre de 2016



Cane, pues, en lengua lenca es el nombre de un bejuco que ahora nadie sabe identificar cual es. Originalmente empezó como un asentamiento indígena con pequeñas casas de bajareque a las orillas de chiquinguara, al lado de su milpas y frijoles, siembras de cacao y tabaco que alguna vez, entrando ya en contacto con pobladores náhuatl o mexicanos, quienes también pasaron por Honduras, aprendieron a sembrar ayote, pataste, camote, tomate y chiles que vinieron a complementa su cotidiana comida de tortillas, tamales, atol, la pesca abundante, la recolección de miel y frutas silvestre; sobre todo, la caza de venados, tepezcuinte, conejos, cuzucos mas la carne de tortuga y una que otra culebra.








No hay comentarios:

Publicar un comentario